Revelaciones de un científico cubano sobre la radiestesia  es el titulo de ésta entrevista que finalmente se convirtió en un testimonio inédito que da respuesta a diversas interrogantes sobre la bionergía, la Bioelectrografía y otros temas poco difundidos y maltratados a diferentes niveles por la sociedad cubana y del mundo. Al ingeniero Pablo Sierra Figueredo lo conocí inicialmente de forma virtual, luego por teléfono sostuve una amena charla que sobró para percatarme que un científico de altos vuelos profesionales fruto de la paciente investigación defendía con vehemencia la radiestesia.Me habló con humildad, con esa virtud de los genios nacidos en los palmares y en los montes de nuestra isla:solo entonces le pedí que me hablara de sus inicios en la radiestesia, acerca de la relación de esta con la biolectricidad, por donde anda el conocimiento de este fenómeno en Cuba. Le confesé lo importante de hablar con el pionero de la fotografía Kirlian.
Antes de terminar la conversación le pedí además que me dijera todo lo que sintiera deseo de divulgar y expresar sobre la radiestesia, nuestro sitio y su opinión de los trabajos publicados en nuestra blog personal. El ingeniero Pablo Sierra Figueredo del Instituto de Geofísica y Astronomía, AMA del CITMA al que llegué gracias a mi amigo Lufriu no me dio una entrevista: ofreció «un testimonio salido del corazón» (otro buen titulo)como regalo de nuevo año de la ciencia cubana que revela aspectos desconocidos para mucha gente de este mundo y que da la medida que no hay ni hombres ni pueblos pequeños.

«Para comenzar, te diré que leí con detenimiento todo el contenido del Portal del sitio que me enviaste. Me parece muy bueno y sobre todo el reconocimiento que haces ahí a mi buen amigo y hermano Juan Pablo, quien ha dedicado gran parte de su vida y energía a la aplicación de la Radiestesia, entre otras técnicas, para el bien humano y es una persona muy humilde, sencillo y poco reconocido, lo cual es lamentable. Lo conozco desde mis inicios en estos trajines y trabamos una gran amistad de hermanos, en fin, te felicito por poner esa información de él ahí, aunque se merece muchísimo más, a mi modo de ver.
La entrevista a Lufriu muy buena y con un gran contenido. A la Dra. De Boyeros y a Benigno no los conozco, pero veo que han realizado una meritoria y extensa obra. En fin, te felicito por esto que estás haciendo por la Radiestesia en Cuba y que era hora de que alguien de tu profesión le pusiera ganas al asunto pues creo que se está desaprovechando un gran potencial y aunque se dice que Cuba está a la vanguardia en la Radiestesia, pero realmente no hay una real voluntad de que se generalice más su aplicación en todo lo que sea posible, y es verdad también que en el ámbito de la medicina militar esto ha tomado más auge y se ha propiciado en general el uso de la MTA.
Obviamente, todo lo que te mencione es desde una posición puramente científica pues eso soy, aunque no de plantilla, pero es una premisa importante y siempre trato de acogerme al método científico. Y también a mi modo de ver, el que alguna práctica empírica no esté basada en las leyes reconocidas de las ciencias establecidas, o que dichas leyes actuales no sean capaces de explicar algún fenómeno, no es motivo para catalogar dichas prácticas y fenómenos como “pseudociencia”, brujería o chamanismo. Es claro que hay que investigar aplicando los métodos científicos, que son muy precisos, pero como tu mismo refieres, la brújula se estuvo utilizando empíricamente con total ignorancia de las leyes que siglos después lograron explicar el porqué la aguja siempre señalaba al Norte. En fin, con este pequeño párrafo sólo quería presentarme, identificarme, ya que como tu debes saber, hay mucho de todo en el camino y no me gusta que se critique a ultranza a la Radiestesia y la Bioenergía, como que tampoco se sobredimensionen sus posibilidades como panacea, eso perjudica mucho, ya que ambas cosas lo único que logran es retrasar la aceptación que poco a poco debe ir teniendo todo esto en los medios académicos tanto de Cuba como del resto del mundo. Generalmente el empirismo va delante de las leyes que más tarde explican los fenómenos, sólo que hay quienes esperan pacientemente por dichas leyes para lanzarse en la investigación de los mismos, otros, sin temor a las críticas y al hostigamiento de aquellos, se arriesgan sin miedo a equivocarse en esa búsqueda y por esto creo que son realmente los buenos científicos, los que no temen acercarse a la frontera, en definitiva, alguien debe y tiene que hacerlo, así siempre ha ocurrido en la historia del hombre.

El segundo punto, donde me calificas de pionero de la Bioelectrografía (fotografía Kirlian) en Cuba, te podría aquí escribir mucho, pero trataré de resumirte lo más posible. Para serte franco, creo que ese calificativo no puedo rechazarlo pues creo que así es en cuanto a que las primeras imágenes obtenidas en nuestro país las logré yo, y digo que creo pues no he conocido más ninguna ni anterior ni posterior, a no ser las tomadas actualmente con la técnica rusa de GDV, pero bueno, ya eso ha sido con tecnología de punta importada en los últimos dos años. Yo comencé hace unos 20 años.
Sólo te diré, como antecedente, que siempre me inquietó mucho, desde mi etapa de estudiante, el fenómeno del magnetismo, el electromagnetismo y los fenómenos mentales (por llamarle de alguna forma genérica), al punto que aún siendo muy joven, formé parte del primer grupo que integró la Sociedad Cubana de Hipnosis, todo lo cual me sirvió mucho para aprender a comprender mejor los fenómenos de la mente y a tener un mejor control de la misma, aprender la relajación, la meditación, en fin, estados mentales muy importantes y necesarios que después me facilitaron “descubrir” la Radiestesia como fenómeno, así como su práctica.
Para mí el descubrimiento de que la Radiestesia funcionaba me llenó de júbilo, pero a la vez me planteó muchas interrogantes que me llevaron a indagar sobre algo que constituye, a mi modo de ver, la base de todo esto, que es lo conocido en la antigüedad como “aura”, pero que ahora denominamos como “Campo Bioenergético” (que puede ser el humano o de animales o plantas) y que no es más que el volumen físico que rodea a todo ser vivo y que contiene información y propiedades acerca del estado del mismo, parámetro que por lo demás están en continuo cambio. Dicho campo está “lleno” de información, de naturaleza térmica, magnética, eléctrica (estática y dinámica), iónica, entre otras muchas posibles y que en dependencia de la distancia a la superficie sólida del objeto vivo, esa información puede ser cuantitativa y cualitativamente diferente y que al parecer, al igual que todos los campos físicos conocidos, sus parámetros decrecen, siguiendo alguna ley, con la distancia. No me gusta hablar de “energía”, sino más bien “información”.
De modo que bajo estas circunstancias y conociendo los redescubrimientos del Ing. S. Kirlian y su esposa en Krasnodar, y que fueron conocidos ya tardíamente en “occidente”, me propuse construir una “Cámara Kirlian” criolla para hacer mis propias fotografías y mostrar que aquí también podíamos fabricar dichos instrumentos e investigar en este sentido. Aunque no me resultó fácil lograr la primera bioelectrografía de una hoja de Mar Pacífico, si me costó muchas horas de trabajo la puesta a punto de mi primer equipo de bioelectrografía. Ya a partir de las primeras imágenes no pude detenerme y pronto ya tuve en mis manos 3 ó cuatro equipos mejorados y nuevas imágenes de hojas de plantas, de la palma de la mano, dedos, muestras líquidas, entre otras muchas.
Debo agregar que mis equipos y sus resultados fueron presentados reiteradas veces en los Forum de Ciencia y Técnica de mi Instituto, municipio y provincialmente, también fueron presentados en diferentes eventos científicos de la Física Médica y de la Medicina Natural y Tradicional, de modo que todo lo que fui logrando lo di a conocer en los medios que yo consideraba sería tenido en cuenta para su posible generalización y aplicación, lo cual lamentablemente nunca ocurrió. Mi interés por la bioelectrografía consiste en que es una manera de mostrar objetivamente esto que llamamos campo bioenergético en su nivel más pegado al objeto sólido y la forma en que el mismo refleja los diferentes estados del objeto vivo (las patologías por ejemplo).
Actualmente se lleva a cabo en muchos países numerosas investigaciones básicas y clínicas dirigidas a confirmar resultados preliminares ya obtenidos y profundizando en los mismos pero utilizando ya una tecnología computarizada de punta que permite realizar diagnósticos en cuanto al “estado bionenergético” del sujeto, ente otras muchas aplicaciones. Contamos con la bibliografía que muestra lo que estamos manifestando.
Como te darás cuenta, mi interés por la “Kirlionica” vino dado por las interrogantes que me planteaba la Radiestesia, en particular la aplicada al diagnóstico médico como tal, ya que mis primeras experiencias fueron en este campo al recibir los primeros conocimientos (hace unos 20 años) y adiestramiento de manos del Dr. Lovachevski, del Instituto IZMIRAN, de Moscú, científico soviético que viajó a Cuba y trajo entre uno de sus objetivos enseñar Radiestesia en mi centro de trabajo, que es un instituto de investigaciones solares y geofísicas. El nos enseñó el concepto de Campo Bioenergético y la forma de “medirlo” con la utilización de esta técnica milenaria. A su interés por enseñarnos respondimos unos pocos compañeros que posteriormente continuamos practicándola y realizando nuestros primeros trabajos cuyos resultados presentamos en el Primer (y único) Congreso Internacional de Parapsicología, celebrado en el año 1992 en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
Las enseñanzas del Dr. Lovachevski se concretaron al uso de las varillas en U, el estuvo realmente muy poco tiempo entre nosotros, solamente nos pudo ofrecer los elementos básicos, que fueron suficientes para que continuáramos adiestrándonos y ganando en habilidades en cuanto al manejo de las varillas. Obviamente, al descubrir las bondades que ofrecía esta técnica y documentarnos con la literatura existente, fuimos ganando en conocimientos y en experiencia, de modo que tuvimos varios años de intenso trabajo que nos fue vinculando con diferentes personas y grupos que también venían practicando la Radiestesia en diversos campos, entre los cuales descubrimos a L. Lufriu, y a Juan Pablo, con quienes desde el principio intercambiamos información y conocimientos.
También asistimos a conferencias, seminarios y cursos que vinieron a impartir en el país (en centros de Salud y científicos) algunos colegas extranjeros en temáticas de Radiestesia, Quinesiología, Homeopatía y otras técnicas que utilizan la Radiestesia como herramienta imprescindible. En este ínterin aprendimos también a utilizar el péndulo como indicador de la respuesta radiestésica. Fue una etapa muy importante e intensa ya que nos obligó a documentarnos y buscar mucha información histórica y actualizada al respecto, lo que obviamente era necesario para comprender mejor las técnicas en que estábamos experimentando y su posible alcance práctico.
Mi incursión en el diagnóstico médico con la utilización de la Radiestesia ha sido, a pesar de todo esto, muy limitada ya que por no ser médico ni paramédico, no he querido violar normas éticas elementales, por lo cual solamente lo he practicado en círculos muy limitados y siempre recomendando, a quienes he realizado diagnóstico, que asistan a un facultativo de la especialidad requerida, pero sí me siento capacitado para realizar dichos diagnósticos.
Mi criterio es que la Radiestesia bien practicada, en manos de un facultativo médico, es una magnífica herramienta que permite al mismo obtener, de forma rápida y no invasiva, un diagnóstico alternativo de gran utilidad y que cuando menos, le permite al médico orientar más correctamente las indicaciones al paciente en cuanto a pruebas y exploraciones que debe realizarse de inmediato, constituyendo su práctica sistemática un garante de incremento de habilidades y experiencias que en pocos años le permitirán obtener diagnósticos certeros con mayor probabilidad de éxito.
Otra importantísima aplicación de los conocimientos de radiestesia es la preventiva, la que permite, de forma muy económica y relativamente fácil, determinar la “calidad” del hábitat en que vivimos o trabajamos, estas prácticas conocidas como Geobiología y cuyo nombre explica muy bien de qué se trata y que es la relación de la Vida con las condiciones en que esta se desenvuelve (ambiente cosmotelúrico).
En este sentido también he adquirido alguna experiencia y lo he enseñado a quienes han recurrido a mí interesándose por estas prácticas. Considero que generalizar responsablemente estas enseñanzas y aplicarlas de manera masiva, redundaría enormemente en la mejor calidad de vida de personas, animales y plantas y obviamente por el mejoramiento humano en general al comprender mejor estos fenómenos y por sus resultados ser aceptado.

La Radiestesia, sea esta aplicada en geología, hidrografía, diagnostico médico o ambiental, e incluso en otros campos, va dirigida a mejorar la calidad de vida y bienestar humano, y todo aquel que la practique debe estar consciente de que está trabajando con lo más sutil del mundo vivo e inanimado y que por tanto debe hacerlo con una ética estricta en cuanto al uso que haga de ella. No comparto la idea de que existen diferentes radiestesias (médica, física, psíquica…..). Siempre los humanos tendemos a fragmentar los conocimientos disciplinarios, tal como se hizo con la medicina como disciplina (anatomía, fisiología, endocrinología…..) ¿Qué pasó? por dividirla en especialidades, para su estudio académico, terminó haciéndola poco eficiente al tratar aisladamente las patologías por órganos o grupos de ellos, olvidando que en el organismo todo está vinculado y muchas veces, por esta razón, se tratan a los síntomas y no al enfermo como tal.
Pienso que la Radiestesia no es más que nuestra sensibilidad para captar el mar de información que nos rodea, sea esta proveniente de las rocas, el agua, los campos físicos o los campos bioenergéticos de los objetos vivos. La facultad del sentido de la vista comprende todo el diapasón visible del espectro electromagnético, es lo mismo ver en la banda del rojo que del violeta o el verde, en cuanto al fenómeno como tal, una no es vista roja y la otra violeta… (El término “radiaciones” suele ser impreciso para algunas personas, una cosa son las “ondas electromagnéticas” (combinación indestructible entre oscilaciones del campo magnético y del campo eléctrico), todo campo magnético variable, cualquiera que sea su frecuencia, genera un campo eléctrico variable y viceversa y que siempre se propaga a velocidad de la luz cumpliendo con las leyes de Maxwel y con la teoría cuántica de la materia “onda-partícula” para los efecto de la interacción de que se trate y otra cosa es el bombardeo de “partículas” cósmicas, que no son ondas como tales, a no ser la radiación gamma. Debo aclarar que como producto de tales interacciones sí generalmente se genera la emisión de fotones de diferentes niveles de energía y que cumplen con las leyes muy bien definidas de la Física Nuclear en cuanto al intercambio de energía de las mismas con el medio con el cual interaccionen. Me he encontrado muchas veces, que algunos autores, al querer explicar estos fenómenos de la Radiestesia, hacen un uso algo impreciso de estos términos. Pero bien, esto en nada cambia el fenómeno como tal, aunque es bueno que el lenguaje sea correctamente utilizado ya que estamos optando por ser aceptados por la ciencia.

Sólo que somos capaces de “sintonizar” con aquella información que queremos percibir en un momento dado, al igual que lo hacemos técnicamente al utilizar un radiorreceptor cuya antena está inmersa en un océano de señales de todo el espectro electromagnético, pero que su sistema de sintonía “resuena” (selecciona) con la que queremos escuchar. Lo demás ya consiste en la convención mental que establezcamos en cuanto a cómo esperamos que “reaccione” la varilla o el péndulo al encontrar lo que buscamos, si cerrarse o abrirse la varilla o girar el péndulo en un sentido o en el otro, en fin, ya esto es la “técnica” o el arte de la Radiestesia como tal y que será más efectivo cuanto más habilidades desarrollemos al igual que ocurre en el adiestramiento de nuestros sentidos clásicos y también depende de la sensibilidad propia de cada individuo. Un catador de vinos, por ejemplo, en la medida que cata más variedad de vinos durante muchos años, logra mayores y mejores aciertos, sin embargo hay virtuosos en este oficio, otros no lo son.
La interacción y comunicación entre nuestros hemisferios cerebrales se ocupa del resto de forma totalmente autónoma, provocando las contracciones musculares del brazo, antebrazo y manos para que ocurra el movimiento del indicador (varilla o péndulo) al ser percibido por nuestro cuerpo o una parte del mismo, la señal o indicio de lo que estamos buscando específicamente. El proceso final es neuromuscular, con el consecuente movimiento del indicador sujeto en nuestras manos. De lo contrario, pruébese a poner dos varillas en las manos de alguien que no conoce nada de Radiestesia y pídale que camine en línea recta con las varillas puestas adecuadamente y verá qué ocurre. Yo considero que si fuera un proceso meramente físico, no había que aprender nada ni practicar ni adquirir destrezas, las varillas y péndulo indicarían de todas formas. Pero además ¿qué indicarían? Debajo de nuestros pies siempre hay algo que pudiera provocar la deflexión del indicador, vg.: agua, rocas, cavernas, minerales,…..

Considero que la Radiestesia se basa, en gran medida, en los fenómenos bioeléctricos que ocurren en los organismos vivos como reacción o respuesta a estímulos externos o internos (físicos o mentales….que no dejan de ser físicos). La bioelectricidad es un fenómeno conocido y estudiado desde hace mucho tiempo, sin embargo tiene aún muchas interrogantes que se presentan actualmente relacionadas con estos fenómenos que nos ocupan y que al parecer los nuevos conocimientos en este campo darán al fin la posibilidad de explicar esto tan sencillo y que ahora nos parece tan complicado por no conocer las leyes que lo rigen.
Creo que los especialistas de la Bioingeniería pudieran mucho mejor que yo, abordar profundamente este aspecto. Al igual que todos nuestros sentidos, pienso que para los sensores que hacen posible el fenómeno radiestésico, existe una propiedad fundamental, sin la cual no fuera posible vivir y es su selectividad, esto es, que son capaces de extraer o filtrar de un “mar” de ruido, la señal que estamos buscando. Por ejemplo nuestro sentido auditivo, podemos estar en un lugar sumamente ruidoso, sin embargo podemos discriminar alguna frecuencia o fuente específica, con el sentido de la vista ocurre lo mismo.
Si en todo momento estuviéramos conscientes de todo el ruido que captan nuestros sentidos, sucumbiríamos en muy poco tiempo, nuestro cerebro se agobiaría rápidamente. Esta experiencia, con idéntico sentido, la podemos encontrar y comparar con la Radioastronomía, logrando con los radiotelescopios, identificar fuentes estelares cuya emisión en ondas de radio son millones de veces más débiles que el ruido ambiental y el ruido propio de los receptores, y todo esto gracias al filtrado, la selectividad y la sintonía correctas de los circuitos electrónicos. Como es conocido, en Cuba la Radiestesia, como técnica empírica, se viene practicando desde hace mucho tiempo, sobre todo en la búsqueda de “manantiales” y creo que a lo largo de todo el país es conocida su práctica, sobre todo en los campos.
En las últimas décadas se ha incrementado notablemente el número de personas interesadas en practicarla y aplicarla en numerosas disciplinas, se han impartido numerosos cursos, seminarios y charlas por parte de especialistas cubanos y extranjeros que nos han visitado. Han aparecido y desaparecido también organizaciones que agrupan o tratan de agrupar a los practicantes de la Radiestesia, sin embargo existe aún, a mi modo de ver, un desconocimiento bastante generalizado en cuanto a lo que realmente se está haciendo, lo cual lo atribuyo, en parte, a lo controvertido de estas prácticas y las críticas que se reciben de los medios académicos, quienes quizás por no probar a practicarla, la ignoran y critican sin fundamentos, lo cual es muy lamentable. Lo otro es la poca difusión que se da a los trabajos realizados en diferentes campos, aunque es cierto que en los medios, tanto escritos como de radio, en los últimos tiempos se viene dedicando algunos espacios al tema. Por lo que conozco,
Cuba sí está, al parecer, entre los países en que se practica Radiestesia con mayor seriedad y en busca de sus más generalizadas aplicaciones e insistiendo también la forma de que sea aceptada en los medios científicos. Es una tarea algo difícil por cuanto sus principios básicos aún se encuentran en la frontera del conocimiento científico y debe romper, junto con otros temas de la llamada Bioenergía, con paradigmas muy afianzados. Considero que la crisis de conocimiento en que se encuentra la Ciencia concluirá cuando se logre dar explicación científica a estos fenómenos, lo cual obviamente no ocurrirá a partir de los viejos conceptos newtonianos-cartesianos».